Su partido la postula como candidata para las elecciones a la Cámara Alta a fines de julio. Podría ser la primera parlamentaria abiertamente homosexual en la historia de Japón. Durante años Kanako Otsuji luchó consigo misma. Siendo adolescente, la japonesa sintió que era lesbiana. Sin embargo, por miedo a la discriminación se lo guardó durante largo tiempo. “Yo misma no podía aceptarlo”, afirma la mujer, hoy de 32 años. Ahora la política, del mayor partido opositor del país, el Partido Democrático de Japón (DPJ), lucha desde su oficina electoral en el barrio gay de Shinjuku en Tokio por el reconocimiento de los derechos de los homosexuales en su país. Sin importar las controvertidas opiniones, su partido la postula como candidata para las elecciones a la Cámara Alta a fines de julio. Si logra ingresar al Parlamento nacional, sería allí la primera política abiertamente homosexual en la historia de Japón. “En la vida cotidiana en Japón aún es difícil reconocerse homosexual y contar los problemas que tienen los homosexuales en la sociedad”, revela Otsuji. Aunque en las grandes ciudades hay una importante escena gay, muchos esconden su orientación sexual a sus jefes y familiares. Aunque la homosexualidad en sí está aceptada desde hace mucho en Japón, no se habla sobre ello. En la Edad Media, por ejemplo, era un secreto a voces la homosexualidad entre los samurais. Según Otsuji, Japón tiene una cultura de la vergüenza y también la homosexualidad ha sido considerada algo de lo cual hay que avergonzarse. Agrega que aunque no hay una hostilidad abierta frente a los homosexuales, Japón está por detrás de muchos países occidentales en la consciencia sobre la diversidad sexual. Cuando Otsuji se reconoció como homosexual hace dos años como diputada del Parlamento regional de Osaka en el marco de un desfile gay, la mayoría de sus colegas no mostraron reacción alguna, sino que simplemente ignoraron el tema, asegura.
Su campaña electoral a favor de los derechos de los homosexuales se realiza en una época en la cual el gobierno conservador del primer ministro Shinzo Abe intenta fortalecer en el pueblo los valores morales y la imagen de la familia tradicional. En la oficina de Otsuji hay una pequeña fotografía en la cual aparecen ella misma y su pareja, ambas con un vestido blanco de matrimonio. Aunque se casaron hace poco, las bodas entre homosexuales aún no son reconocidas. Otsuji se queja de que no hay una ley contra la discriminación, y denuncia que las parejas homosexuales tampoco tienen la seguridad social de la cual gozan otros matrimonios. Dice que es difícil que la pareja de un homosexual sea el beneficiario de un seguro de vida. Agrega que los homosexuales tampoco tienen derecho a reclamar la herencia de sus parejas. Además el Estado no gasta dinero para prevenir el sida, denuncia Otsuji. “Entendemos eso como expresión de aversión del Ministerio de Salud contra la homosexualidad”, dice la política. Como diputada en Osaka, Otsuji lucha junto a su madre por los familiares de homosexuales. “Muchos familiares han relatado llorando cómo las expectativas que tenían con sus hijos se han visto decepcionadas, pero que no existe ningún lugar para hablar sobre ello”, cuenta Otsuji. Mientras entre las estrellas masculinas de la televisión hay reconocidos homosexuales, las lesbianas no están presentes en la opinión pública, dice la política. Declara que los hombres sólo piensan en lesbianas cuando se trata de una película porno. Con su candidatura para la Cámara Alta, la japonesa quiere lograr que sus compatriotas se den cuenta de que hay personas que tienen relaciones con personas del mismo sexo. “Si resultara elegida, se terminaría la época en la cual se ha ignorado a la homosexualidad”, cuenta Otsuji. Si fracasa, en cambio, es incierto cuando volverá a haber un candidato que luche por los derechos de los homosexuales en Japón, dice. Fuente: EFE
Ver video en http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/#
Su campaña electoral a favor de los derechos de los homosexuales se realiza en una época en la cual el gobierno conservador del primer ministro Shinzo Abe intenta fortalecer en el pueblo los valores morales y la imagen de la familia tradicional. En la oficina de Otsuji hay una pequeña fotografía en la cual aparecen ella misma y su pareja, ambas con un vestido blanco de matrimonio. Aunque se casaron hace poco, las bodas entre homosexuales aún no son reconocidas. Otsuji se queja de que no hay una ley contra la discriminación, y denuncia que las parejas homosexuales tampoco tienen la seguridad social de la cual gozan otros matrimonios. Dice que es difícil que la pareja de un homosexual sea el beneficiario de un seguro de vida. Agrega que los homosexuales tampoco tienen derecho a reclamar la herencia de sus parejas. Además el Estado no gasta dinero para prevenir el sida, denuncia Otsuji. “Entendemos eso como expresión de aversión del Ministerio de Salud contra la homosexualidad”, dice la política. Como diputada en Osaka, Otsuji lucha junto a su madre por los familiares de homosexuales. “Muchos familiares han relatado llorando cómo las expectativas que tenían con sus hijos se han visto decepcionadas, pero que no existe ningún lugar para hablar sobre ello”, cuenta Otsuji. Mientras entre las estrellas masculinas de la televisión hay reconocidos homosexuales, las lesbianas no están presentes en la opinión pública, dice la política. Declara que los hombres sólo piensan en lesbianas cuando se trata de una película porno. Con su candidatura para la Cámara Alta, la japonesa quiere lograr que sus compatriotas se den cuenta de que hay personas que tienen relaciones con personas del mismo sexo. “Si resultara elegida, se terminaría la época en la cual se ha ignorado a la homosexualidad”, cuenta Otsuji. Si fracasa, en cambio, es incierto cuando volverá a haber un candidato que luche por los derechos de los homosexuales en Japón, dice. Fuente: EFE
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