miércoles, 18 de noviembre de 2009

Lévis-Strauss y la dama japonesa

En el libro Mirar, escuchar, leer, de Claude Lévis-Strauss, aparece una anécdota, referida a una dama japonesa. Enmarcada en la reflexión sobre la cestería, copio unos breves párrafos...

"Al igual que las cestas ya inservibles, los cadáveres son restos a los que su alma o sus almas (o en el caso de los cestos, su espíritu) rechazan dejar. En América, por lo demás, existe para las cestas un equivalente, o casi, de la inhumación: cuando muere el espíritu de la cesta, dicen los pomo, permanece en tierra durante cuatro días y sólo después sube al cielo.

Hay creencias japonesas completamente opuestas. Los utensilios abandonados se transforman también en espíritus sobrenaturales, pero es conveniente quemar esas cosas viejas o, en cualquier caso, librarse de las mismas. Un viajero que se había refugiado en un templo abandonado asistió durante la noche a la danza de un viejo barnero, un cuadrado de tela (furoshiki, sirve para transportar los paquetes), y un viejo tambor. “Eso es lo que pasa cuando nos olvidamos de tirar las cosas viejas”. Entre el ayer y el hoy, entre el hoy y el mañana, hay que trazar una frontera como hizo esa dama japonesa de la que me hablaron (aunque el caso, probablemente, no es excepcional), quien lavaba su ropa todos los días por temor –en el caso de morir súbitamente– a dejar tras ella alguna ropa sucia.

Siempre nos vemos ante el siguiente dilema: romper con el pasado, aún reciente, o conservar –¿pero hasta cuándo?– nuestros viejos trajes, las cosas viejas que ocuparon un lugar en nuestra existencia y que son para nosotros como amigos difuntos. Dice Baudelaire:

¡Oh, mis botas! Entrad dentro de ese armario

Que va a serviros de ataúd.".

Claude Lévi-Strauss. Mirar, Escuchar, Leer, Ariel. Págs. 176-177.

martes, 17 de noviembre de 2009

El santuario de Kibune iluminado


La escalera de piedra revestida con distintivos farolillos rojos a la entrada de la capilla es una de sus características más famosas. Kibune es en realidad un complejo de tres templos, cada uno de los cuales tiene su propio atractivo. El que está más abajo y el más accesible es el más popular para los visitantes, mientras que la pequeña capilla central se caracteriza por su ubicación en un impresionante bosque de cedros antiguos. El santuario de la parte superior es el más antiguo y comprende el Santuario original Kibune.

Este santuario está dedicado a Takaokami-no-kami, el dios de la lluvia y el agua. En los textos históricos de Japón se describen cómo las personas han rezado por la lluvia en el santuario de Kibune desde a mediados del siglo 8. Si se deseaba la lluvia, el emisario imperial traía un caballo negro -el color negro es símbolo de un cielo nublado. Por el contrario, en el caso de exceso de lluvia, un caballo blanco, que simboliza la luz del sol brillante, se ofrecía.

El santuario también se hizo famoso como un lugar para orar por la fortuna en el romance y en el matrimonio, ya que la poetisa de la era Heian, Izumi Shikibu, tenía fama de haber orado allí para recuperar el amor de su marido.

Un antiguo mito dice que una diosa había llegado a Kibune en un barco en busca de una fuente de agua. El Santuario fue construido en el mismo lugar en donde se encontró un manantial abundante. Hoy en día, todavía se pueden ver las piedras que cubren el bote de la diosa en el santuario. El agua que brota en Kibune se llama Goshinsui (Agua sagrada) y ha sido apreciada desde la antigüedad por los poetas, maestros de ceremonia del té, o aquellos que buscan una buena salud.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Acuario de Osaka (III): océano Pacífico


Un acuario espectacular es el del Oceáno Pacífico, tiene una superficie de 620 metros cuadrados con una cantidad de agua de 5.400 toneladas. Este enorme acuario de 9 metros de profundidad y 34 metros de fondo reproduce el océano Pacífico, que se halla rodeado por el cinturón de Fuego. Nadan a una temperatura de 23 a 24 grados Celsius, ejemplares de Tiburón ballena, mantarrayas, atún de aleta azul, etc.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Acuario de Osaka (II): Medusas


Entre los acuarios de exhibición está la Sala de las medusas flotantes. En una superficie de 289 metros cuadrados y una cantidad de agua de 12 toneladas se encuentran 12 acuarios. En ellos se exhiben 600 ejemplares de 12 variedades de medusas, principalmente las que habitan en las costas de Japón. Se han hecho esfuerzos para reproducir el flujo del agua, la iluminación y el sonido con el fin de permitir a los espectadores experimentar una atmósfera fantástica. Entre los ejemplares se pueden ver la medusa común, la medusa chrysaora, la familia de la medusa nekuchi, etc.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El Acuario de Osaka Kaiyukan (I)


Hace varias semanas fuimos con mi amiga Lidia a practicar con nuestras cámaras fotográficas. La meta era fotografiar los peces del acuario de Osaka. No fue una tarea simple y a pesar de los consejos de Xatakafoto, un blog buenísimo, muchas veces quedamos decepcionados del resultado, pero tuvimos algunos aciertos.

El Acuario de Osaka Kaiyukan fue inaugurado el 20 de julio de 1990. Es un acuario urbano bajo techo, considerado como uno de los más grandes del mundo, con un volumen total de 11.000 toneladas de agua.

Kaiyukan toma como base los temas de la zona volcánica del Pacífico, conocida como el Cinturón de Fuego, que engloba al océano Pacífico y la zona de la vida del Pacífico, o el Cinturón de la Vida, que se fundamenta en la hipótesis de Gaia: “Todas las criaturas que existen en la Tierra, que posee actividad volcánica, son un solo ser que actúa de manera recíproca”. Mediante 14 acuarios de gran tamaño se reproduce el medio ambiente natural de 10 regiones que circundan el océano Pacífico.

El recorido de Kaiyukan se inicia en “Aqua gate; El túnel rodeado de peces”, un acuario en forma de túnel, continúa por el “Bosque de Japón”, a través del cual se filtran los rayos del sol, y pasa al acuario principal del “océano Pacífico” con una capacidad de 5.400 toneladas de agua, donde se puede apreciar el “tiburón ballena”, el pez más grande del mundo.

Esta ruta se inicia en la superficie hasta llegar al lecho del mar, avanzando en sentido descendente, rodeando dos veces la cuenca del océano Pacífico. La distribución de los acuarios en Kaiyukan reproduce de la manera más fiel posible la relación geográfica que existe en la realidad. También se puede disfrutar de la “Sala de las medusas flotantes”, en la que se pueden apreciar diversos tipos de medusas, la “Galería de Kaiyukan” y la “Sala de Exposiciones Programadas”, donde se llevan a cabo diversas exposiciones especiales.

En Kaiyukan no sólo se exhiben peces, sino que también anfibios, reptiles, aves, y mamíferos, así como animales invertebrados y vegetales. En total se exponen unos 30.000 ejemplares de 580 especies de seres vivos, reproduciendo la naturaleza de la cuenca del océano Pacífico.


El monte Fuji (II)

Algunas fotografías y datos del Fuji.







El Monte Fuji: Hechos y Cifras

Altura: 3.776 metros. Con toda precisión la altitud es de 3.775,63 metros, según las mediciones de 1962 efectuadas por el gubernamental Instituto de Estudios Geográficos. Sin embargo, las investigaciones para una precisión definitiva dan unos resultados algo diferentes, dependiendo del método de medición. En 1997 la Facultad de Ciencias de la Universidad de Shizuoka empleó la última tecnología y determinó una altitud de 3.776,224 metros.

Cráter de la cima: unos 800 metros de diámetro y 200 metros de profundidad.

Volumen: 1.397 Km. cúbicos.

Diámetro de la base: unos 39 Km. este-oeste y 38 Km. norte-sur.

Precipitaciones: Unos 2,2 miles de millones de toneladas de lluvia y nieve caen en la montaña todos los años. Eso equivale al agua contenida en 11.000 barcos petroleros gigantescos, cada uno de ellos con una capacidad de 200.000 toneladas.

Volumen de agua de los manantiales de montaña: Todos los días fluyen unas 1,5 millones de toneladas de agua procedente de los manantiales hacia los tres sistemas de drenaje más importantes: el río Kakita, el estanque Wakutama Ike y los ocho estanques de Oshino Hakkai. Si incluyéramos los otros sistemas de drenaje del monte Fuji, el tonelaje sería mayor.

Cifra anual de personas que ascienden al monte: Unas 300.000 (todas durante la temporada de ascenso de julio y agosto). Lo cual significa un promedio de unas 5.000 al día. Oficialmente la subida a los lugares altos está prohibida durante los otros 10 meses del año.

Punto panorámico más lejano que se ve desde el monte Fuji: El monte Myoho en Nachi-Katsuura-cho, prefectura de Wakayama, a una distancia de 322,6 Km.

Cifra de familias con el apellido Fuji: 362 (ocupa el número 6,479 entre los apellidos más comunes de Japón). Cifra de familias con el apellido Fujiyama: 17 (ocupa el lugar número 39,549 entre los apellidos más comunes de Japón. Nótese que el nombre japonés de la montaña es “Fuji-san,” no “Fujiyama”) Fujio es un nombre bastante habitual de hombre, y Fujiko de mujer.

Estos datos han sido tomados de:

Fuji-san Tembo Hyakka, publicado por Jitsugyo no Nihon Sha, Ltd.

Fuji-san Hakken Nyumon, publicado por Kobunsha Co., Ltd.

Fuente: NIPPONIA No.35 15 de Diciembre, 2005

martes, 10 de noviembre de 2009

El monte Fuji (I)

He vuelto… a subir por segunda vez el monte sagrado de Japón. Junto a mi amigo Kuniyoshi ascendimos el Fuji-san en la segunda semana de agosto, en pleno verano. La aventura se inició en Shinjuku, Tokio, donde partían los buses que nos dejaban en la quinta estación. Desde ahí, tendríamos que comenzar el ascenso a las diez y media de la noche, para tratar de llegar a la cima aproximadamente a las cuatro de la madrugada, hora en que sale el sol. Fue una experiencia inolvidable y plena de anécdotas. Recordé un capítulo del libro de Lafcadio Hearn, del cual transcribo un fragmento:

“4. FUJI-NO-YAMA

Kite miréba,

Sahodo madé nashi,

Fuji no Yama!

[Visto de cerca, el monte Fuji no está

a la altura de nuestras expectativas.]

FILOSOFÍA PROVERBIAL JAPONESA

La vista más bella del Japón, y sin duda una de las más bellas del mundo, es la aparición lejana del Fuji en los días despejados, sobre todo en los días de primavera y otoño, cuando la mayor parte de la cumbre está cubierta por nieves tardías o muy tempranas. Rara vez puede distinguirse la base sin nieve, que conserva el mismo color que el cielo: sólo percibes el cono blanco que parece colgar del cielo; y la comparación japonesa de su forma con la de un abanico invertido y a medio abrir adquiere una precisión extraordinaria merced a las finas vetas que se extienden hacia abajo desde la hendida cumbre, como sombras de las varillas de un abanico. La visión parece incluso más frágil que un abanico; es más bien el espectro o sueño de un abanico; sin embargo, la realidad material que se alza a cien millas de distancia es grandiosa entre las montañas de la tierra.

Con una altura de casi 12.500 pies, el Fuji es visible desde trece provincias del Imperio. Sin embargo, está entre las montañas altas más fáciles de subir y durante mil años ha sido escalada cada verano por multitud de peregrinos. Pues no es sólo una montaña sagrada: es la montaña más sagrada del Japón, la más santa eminencia de una tierra llamada divina, el Altar Supremo del Sol; y subirlo por lo menos una vez en la vida es una obligación de cuantos veneran a los antiguos dioses. De modo que, cada año, desde todos los distritos del Imperio, los peregrinos emprenden el camino del Fuji; y en casi todas las provincias hay cofradías de peregrinos -Fuji-Kó- organizadas con el fin de ayudar a quienes desean visitar la cumbre sagrada. Si bien no todo el mundo puede llevar a cabo en persona este acto de fe, sí puede hacerlo al menos mediante un representante. Cualquier aldea, por remota que sea, puede ocasionalmente mandar a un representante para que rece ante la divinidad del Fuji, y salude al Sol naciente desde esa sublime eminencia. Así, una sola cofradía de peregrinos puede estar compuesta por hombres de cien poblados distintos”.

Fuente: Hearn Lafcadio, En el país de los dioses. Relatos de viaje por el Japón Meiji, 1890-1904. El Acantilado, Barcelona, 2002. 325 págs.