miércoles, 30 de abril de 2008

Hanami II

En Japón, en general, se pueden encontrar alrededor de cien variedades de sakura, los más numerosos son de la especie Somei Yoshino y las variedades de Yamazakura. Se pueden observar varias características que difieren entre las varias especies del árbol de cerezo.
El número de pétalos:
Son la mayoría de los árboles salvajes, pero también muchas variedades del árbol cultivado tienen las flores con cinco pétalos. Sin embargo, algunas especies tienen flores de más de cinco pétalos, como diez, veinte o más. Los árboles con las flores de más de cinco pétalos se llaman yaezakura: por ejemplo, 5 pétalos, Oshimazakura; aproximadamente 20 pétalos, Ichiyo; aproximadamente 100 pétalos, Kikuzakura. El color de las flores:
La mayoría son de variedades ligeramente rosadas pasando a las puras flores blancas, pero hay también árboles con flores rosadas oscuras o variedades con las flores ligeramente amarillentas. El color de las flores de algunas variedades también es cambiante mientras están en flor, de blanco a la rosado, por ejemplo; las flores blancas, Shogetsu; las flores rosadas, Kanza; las flores amarillentas, Ukon. El tiempo del florecimiento:
La mayor cantidad de variedades del árbol del cerezo florecen en primavera. También existen algunas variedades que florecen en el otoño y durante los meses invernales.
Un ejemplo extraordinario de árbol de cerezo es el Kikuzakura del Kenrokuen (兼六園菊桜), es un tipo de sakura que se encuentra únicamente en el parque Kenroku.Florece desde finales de abril a finales de mayo. Perteneciente a la variedad de los satozakura. En Japón el único lugar donde existe esta variedad es en el parque Kenroku, alguna vez considerado un tesoro natural de gran importancia, esta especie está casi extinta y en la actualidad se encuentran sólo dos árboles de esta variedad.
En cada una de sus flores se pueden llegar a contar hasta 300 pétalos.

Hanami I

Mi amigo Kuniyoshi me dice que escriba sobre el Hanami. A pesar de que el florecimiento de los cerezos ya casi ha terminado, aún quedan ejemplares florecidos tardíamente. Aunque en estos tiempos modernos el hanami se asocia con un picnic, con comer y beber alcohol debajo de los árboles floridos sentados encima de un plástico azul, y aunque para muchos es un pretexto para pasarlo bien, en realidad es una fiesta tradicional. Hanami (花見, literalmente "ver flores") es la tradición japonesa de observar la belleza de las flores, por lo general se asocia esta palabra al período en que florecen los cerezos y en el que millones de japoneses acuden a parques y jardines a contemplar los árboles en flor. Las fiestas del Hanami celebran la belleza del sakura y para muchos es una oportunidad para relajarse y disfrutar de la hermosura de las flores. Esta costumbre en Japón de celebrar las fechas del hanami data de muchos siglos, por ejemplo, la crónica Nihon Shoki del siglo octavo recoge fiestas del hanami que se realizaban ya en el siglo tercero.
Pero el auge es durante el Periodo de Heian (794-1191), cuando la nobleza japonesa buscaba emular muchas prácticas de China, incluso el fenómeno social de mirar las flores, en las casas imperiales es donde se juntarían poetas, cantantes, y otros aristócratas y celebrarían bajo las flores. Existen pruebas de que en Japón, se plantaron los árboles de cerezos y se cultivaron para su belleza, para el adorno de las tierras de la nobleza de Kyoto, por lo menos ya en el 794.
Existe una diferencia en el simbolismo; en China el pétalo del cerezo simboliza la belleza femenina, el principio femenino, o el amor en el idioma de las hierbas, pero en Japón se cree que los pétalos del cerezo, debido a su corto periodo de florecimiento ejemplifican la naturaleza transeúnte de la vida. Las flores del cerezo también simbolizan las nubes, además de ser una metáfora paciente para la naturaleza efímera de la vida, un aspecto de la tradición cultural japonesa que es a menudo asociado con la influencia del budismo y qué es incluido en el concepto del mono no aware. La transitoriedad de las flores, la belleza extrema y la muerte rápida, han sido a menudo asociadas con la mortalidad; por esta razón, los Sakura son ricamente simbólicos, y se han utilizado a menudo en el arte japonés, manga, anime, cine, así como en las actuaciones musicales para el efecto ambiental. Ejemplos claros son las canciones de enka y la película El último samurai, cuando muere el jefe del clan samurai interpretado por Ken Watanabe él tiene una visión de pétalos de sakura cayendo de los árboles por efecto del viento y ahí exclama: ¡perfecto! Pero también existe un aspecto negativo, en el castillo de Himeji, durante la Segunda Guerra Mundial, el sakura fue usado para motivar y manipular a los ciudadanos japoneses, para atizar el nacionalismo y el militarismo entre la población. Por ejemplo, los pilotos japoneses pintarían los sakuras en los costados de sus aviones antes de embarcarse en una misión suicida, o incluso llevaban las ramitas de los árboles con ellos en sus misiones. De esta manera una flor de cerezo pintada en el lado del bombardero simbolizó la intensidad y la naturaleza efímera de la vida; la asociación estética se alteró de modo tal que esos pétalos de cerezo caídos vinieron a representar el sacrificio de la juventud en las misiones suicidas para honrar al emperador. El gobierno incluso animó a que las personas creyeran que las almas de los soldados caídos se reencarnaron en las flores.

domingo, 20 de abril de 2008

Cien años de cine japonés

En este nuevo libro, Cien Años de cine japonés, Donald Richie ha ampliado y renovado el acercamiento hacia el cine japonés que expresara en su libro publicado en 1990. También ha retenido su sensibilidad a las circunstancias reales de producción cinematográfica (algo que los directores de cine consideran importantes, pero los historiadores y críticos pasan por alto a menudo). El por ejemplo desea mostrar el entreteje de las filmaciones con las contribuciones de directores, escritores, el cinematógrafo, actores, compositores, directores de arte, recursos financieros. Es así que analiza los temas importantes como las asunciones japonesas sobre “el realismo”, la respetabilidad creciente del “cine representacional”, la fusión de las culturas altas y bajas, la evolución del género, así como la emergencia del tema contemporáneo dominante, presente ya en Ozu, del fracaso de la familia.

En lugar de mantener los viejos modelos y teoremas, usa el libro como una oportunidad de aportar sus propias ideas en una reexaminación escrupulosa de cada película. Aparte de ayudarnos a hacer nuestra propia valoración de las películas que él discute, también hace un aporte muy útil cuando repasa los títulos seleccionados disponibles en VHS y formatos de DVD.

“Cien Años de cine japonés” también es un siglo de historia japonesa como la historia abordada por el cine: La democracia de la Era Taisho, los forcejeos tempranos de la izquierda, la militarización de Japón, la derrota, la ocupación norteamericana, la reactivación de postguerra y la depresión: En fin, se capturan los sueños colectivos y ansiedades del siglo japonés en sus películas.

Cien años de cine japonés, por Donald Richie. Kodansha International, 2001, 312 págs.

viernes, 18 de abril de 2008

The Midnight Eye Guide to New Japanese Film

Este libro surge de un trabajo de cuatro años de críticas, reseñas y entrevistas sobre el cine japonés para el website MidnightEye.com. La idea original era publicar El libro de MidnightEye, una colección o selección de las mejores reseñas, comentarios, entrevistas y ensayos del website en un solo volumen. Pero la idea creció en algo mucho más ambicioso. En lugar de recoger lo que ya existía, se decidió el uso del material como el punto de partida para hacer un nuevo libro, enfocado en los directores de cine principales que trabajan hoy en Japón.
La inmensa mayoría del material de este libro es completamente nuevo. Incluso los escritos que se publicaron previamente en el website, fueron revisados puestos al día y vueltos a escribir extensivamente. Da cuenta de una nueva generación de directores de cine aparecida en los años noventa que tiene sus raíces fuera de la industria cinematográfica tradicional. Ellos provienen de los experimentos subterráneos de 8mm, de las líneas de críticos cinematográficos, de las películas “rosa erótica” o porno, de la televisión, y del video juego. Directores de cine jóvenes cuyas actitudes y filosofías de cine eran completamente diferentes de aquéllos del periodo de los grandes estudios. Ellos eran independientes en el espíritu: artistas con nada para perder, pero con todo para ganar. Hoy, estos directores de cine son los que participan regularmente en el circuito de la fiesta cinematográfica internacional, son críticamente alabados, y son objeto de culto por una legión creciente de devotos en el mundo.
Aunque la mayor parte de los directores de cine japoneses todavía tienen que trabajar con presupuestos muy bajos y el apoyo gubernamental a la industria del cine es mínimo, comparado con quince o veinte años atrás ha habido un gran progreso y ha surgido una gran cantidad de talentosos directores. Este libro intenta presentar una selección de veinte de esos talentos y es un esfuerzo por entender y valorar el trabajo de algunos de los directores de cine más brillantes en el mundo del cine de hoy.

The Midnight Eye Guide to New Japanese Film
Reseñas de 97 filmes con un perfil biográfico y filmográfico de 20 directores japoneses contemporáneos: Seijun Suzuki, Shohei Imamura, Kinji Fukasaku, Sogo Ishii, Masato Harada, Kiyoshi Kurosawa, Studio Ghibu (Isao Tata y Hayao Miyazaki), Kaizo Hayashi, Shinya Tsukamoto, Takeshi Kitano,Ryosuke Hashiguchi, Takashi Miike, Makoto Shinozaki, Hirokazu Kore-eda, Shinji Aoyama, Naomi Kawase, Sabu (Hiroyuki Tanaka), Hideo Nakata, Akihitko Shiota.