Las historietas de manga, que alcanzaron su apogeo a fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX de la mano del maestro grabador Hokusai, se insertan en una tradición japonesa que valoraba sin tapujos la aguda aunque compasiva capacidad de observación de las debilidades humanas, incluyendo aquellas que ni siquiera pueden nombrarse.
El artista japonés era libre de explorar los más nimios detalles de la condición humana y de expresar los propios sentimientos; siempre que aplicara el criterio del buen gusto cortesano.
Es así como en el periodo Kamakura (1185-1573) los rollos manuscritos con narraciones e ilustraciones fueron ganando gran popularidad y se convirtieron en el método más antiguo de difusión budista de masas. En la educación religiosa japonesa los ebusshi (pintores budistas establecidos en Nara, con acceso al palacio imperial) no sólo dibujaban las glorias del paraíso, sino que también los terroríficos tormentos del infierno. Esta pintura didáctica budista se llama rokudo-e (pintura de las seis vías) y el tema procede del temario de los seis reinos de la existencia ilusoria. Su objetivo era advertir a los que no recitaran sin cesar el nombre de Amidá que contraerían enfermedades, deformidades y sufrirían los horrores del infierno.
Para los budistas, todos los seres nacen en seis esferas o estados de la existencia, que constituye el ciclo de la vida y la muerte, donde están atrapados naciendo, muriendo y renaciendo una y otra vez por incontables eones, hasta que puedan desapegarse del deseo y alcanzar la iluminación. Mientras ese instante no sea una realidad, todos los seres que moran en las seis esferas de la existencia, al morir renacen en esferas más cercanas a la iluminación, o más alejadas de ella, dependiendo de su karma, que son impresiones de los actos que conllevan a la iluminación o que alejan de ella. Los reinos o esferas de la existencia más bajos o alejados de la iluminación son llamados los Tres Caminos que conducen al Error, y los más elevados o que se acercan al ideal de la Iluminación, son llamados los Tres Caminos que conducen al Verdadero Dharma. Los espectros hambrientos, procedente de los rollos Gaki Zoshi (versión de Kawamoto), de finales del siglo XII y que se conservan en el Museo Nacional de Tokio, corresponden a la segunda esfera Gaki-dô (餓鬼道) o Camino de los Espectros Hambrientos y muestran de una manera gráfica cómo el apego a las cosas mundanas conduce a unas ataduras similares en el futuro. Los glotones experimentarán tras la muerte un hambre insaciable que les provocará fuertes dolores. En esta pintura se les ve dándose un festín con la materia fecal de desprevenidos habitantes de los bajos fondos. El realismo de los estómagos hinchados y las expresiones aterradoras de los espíritus ilustran la enseñanza medieval budista: “Levántate de la mesa con un poquito de hambre”.
Fuente: Arte japonés. Joan Stanley-Baker, Destino, 2000.
El artista japonés era libre de explorar los más nimios detalles de la condición humana y de expresar los propios sentimientos; siempre que aplicara el criterio del buen gusto cortesano.
Es así como en el periodo Kamakura (1185-1573) los rollos manuscritos con narraciones e ilustraciones fueron ganando gran popularidad y se convirtieron en el método más antiguo de difusión budista de masas. En la educación religiosa japonesa los ebusshi (pintores budistas establecidos en Nara, con acceso al palacio imperial) no sólo dibujaban las glorias del paraíso, sino que también los terroríficos tormentos del infierno. Esta pintura didáctica budista se llama rokudo-e (pintura de las seis vías) y el tema procede del temario de los seis reinos de la existencia ilusoria. Su objetivo era advertir a los que no recitaran sin cesar el nombre de Amidá que contraerían enfermedades, deformidades y sufrirían los horrores del infierno.
Para los budistas, todos los seres nacen en seis esferas o estados de la existencia, que constituye el ciclo de la vida y la muerte, donde están atrapados naciendo, muriendo y renaciendo una y otra vez por incontables eones, hasta que puedan desapegarse del deseo y alcanzar la iluminación. Mientras ese instante no sea una realidad, todos los seres que moran en las seis esferas de la existencia, al morir renacen en esferas más cercanas a la iluminación, o más alejadas de ella, dependiendo de su karma, que son impresiones de los actos que conllevan a la iluminación o que alejan de ella. Los reinos o esferas de la existencia más bajos o alejados de la iluminación son llamados los Tres Caminos que conducen al Error, y los más elevados o que se acercan al ideal de la Iluminación, son llamados los Tres Caminos que conducen al Verdadero Dharma. Los espectros hambrientos, procedente de los rollos Gaki Zoshi (versión de Kawamoto), de finales del siglo XII y que se conservan en el Museo Nacional de Tokio, corresponden a la segunda esfera Gaki-dô (餓鬼道) o Camino de los Espectros Hambrientos y muestran de una manera gráfica cómo el apego a las cosas mundanas conduce a unas ataduras similares en el futuro. Los glotones experimentarán tras la muerte un hambre insaciable que les provocará fuertes dolores. En esta pintura se les ve dándose un festín con la materia fecal de desprevenidos habitantes de los bajos fondos. El realismo de los estómagos hinchados y las expresiones aterradoras de los espíritus ilustran la enseñanza medieval budista: “Levántate de la mesa con un poquito de hambre”.
Fuente: Arte japonés. Joan Stanley-Baker, Destino, 2000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario