domingo, 25 de noviembre de 2007

El templo de Jingoji

Buscando el momiji, que este año se atrasó por lo menos dos semanas, fuimos con nuestra entusiasta amiga Sonoko a visitar el templo de Jingoji en la montaña de Takao. Desde la estación JR de Arashiyama se sube en un bus por media hora en un viaje muy hermoso en medio del bosque.
Jingoji es un templo venerado por la secta Shingon fundado en el año 781. Desde el 809 Kukai (Kobo Daishi; el fundador de la secta Shingon) fue durante 14 años el sacerdote principal. Además de la estatua de Yakushi Nyorai (un Tesoro Nacional) el templo retiene muchas pinturas de las imágenes budistas y escrituras de los periodos Heian y Kamakura.

También se encuentra El Bonsho (un Tesoro Nacional). Es una de tres campanas más famosas en Japón. Hecha de bronce, su altura es 1,47 metros y su diámetro de 80,3 centímetros. Las palabras de la inscripción en la campana han sido escritas por Tachibana no Hirosuke, el título por Sugawara no Koreyoshi y escritas a mano por Fujiwara noToshiyuki. El Templo de Jingoji es muy popular durante el otoño debido a sus hojas de color rojo.

Se dice que una razón importante para trasladar la capital desde Nara a Kyoto en 794, era conseguir dejar fuera o escapar de la influencia del budismo de Nara que estaba entrometiéndose en la política. Kyoto era una ciudad sin los templos dentro de sus paredes. Los templos más cercanos, Toji y Saiji, estaban al oeste y el este fuera de Rashomon, la gigantesca puerta principal de la ciudad. Otros templos aun estaban más lejos de los enredos mundanos; en las colinas que abrazan la ciudad: Enryakuji en Mt. Hiei, Kuramadera en Mt. Kurama, Daigoji en Mt. Daigo y Jingoji en Mt. Takao. Para llegar a ellos en esa época el viaje duraba por lo menos un día.

Jingoji está asentado aparentemente en una colina inaccesible. Para alcanzarlo, tenemos que descender primero una larga escalera en la garganta del río Kiyotaki. Hay un puente escénico aquí y la entrada está al otro lado: otra escalera muy extensa de piedras artesanales nos llevan gradualmente hacia arriba. Después de unas curvaturas se ve la apertura de la gran entrada. Las explanadas del templo vienen como una sorpresa. Aunque asentándose en una montaña, ellas son anchas y se abren al vestíbulo principal (una reconstrucción moderna) que está encima de otra enorme escalera, al interior podemos ver la estatua solemne del Yakushi, el Buda Curativo, la imagen principal de Jingoji.
El Yakushi Nyorai de Jingoji es una estatua en pie esculpida de madera negra. El cuerpo es corto, fuerte y musculoso, la cara tiene una gran expresividad. La estatua también posee un cierto grotesco, por ejemplo, en la redondez exagerada y la barbilla espesa que dan una impresión muy moderna. Es una escultura poderosa, conveniente para un templo que fue construido para permitirse el lujo de protección divina a una ciudad entera.

2 comentarios:

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