viernes, 14 de septiembre de 2007

Kwaidan

De las películas de fantasía sobrenaturales, Kwaidan de Masaki Kobayashi es una de las más logradas. Son cuatro episodios, basados en las escrituras de Lafcadio Hearn, un folklorista de linaje griego-irlandés que vivió en Japón. Hearn se convirtió en un ciudadano japonés naturalizado en 1895, y cambió su nombre a Yakumo Koizumi. Estos cuatro cuentos dirigidos por Kobayashi, no sólo se despliegan como versiones de las pinturas japonesas clásicas, de los periodos históricos en que la película está filmada, sino que se presenta una visión en que la belleza y el horror además de coexistir se complementan entre sí.
En ella Kobayashi puso toda su ambición estética y dramáticamente adaptó elementos del Kabuki y del teatro de títeres Bunraku a las técnicas de filmación, logrando una perfecta síntesis entre realismo y estilización.
El primer episodio, El Pelo Negro, es sobre un samurai pobre, quién se divorcia de su paciente y amorosa esposa cuando él tiene una oportunidad para casarse con la hija de un hombre rico. Pero el samurai descubre rápidamente que esa riqueza y seguridad no vale nada al lado del verdadero amor. Anhelando a su primera esposa, él regresa al lado de ella. Alegremente comprueba que aunque su vieja casa es una ruina, su primera esposa no ha cambiado nada desde que él la dejó. Su hermoso pelo negro es tan lustroso y bello como siempre. Estremecido por esta visión él jura quedarse con ella para toda la eternidad. Pero no sabe que detrás de este estado inalterado hay un ser ominoso.
La Mujer de la Nieve cuenta la historia de un pobre leñador y su amigo perdidos en medio de un bosque bajo una feroz tormenta de nieve. Encuentran refugio en una choza y se derrumban y duermen a causa del agotamiento. Pero cuando el leñador despierta, descubre un misterioso fantasma con forma de mujer exhalando su respiración helada encima del cuerpo de su amigo y matándolo. Ella al descubrir al leñador, tiene piedad de él y salva su vida. Pero este fantasma mortal le advierte que él nunca debe repetir a alguien lo que ha visto.
Diez años pasan. El leñador es un hombre alegremente casado con tres niños. Su esposa, alabada por la comunidad como un ideal de paciencia y belleza, parece no envejecer. Tan seguro está nuestro héroe con su familia que él decide decirle a su esposa sobre la mujer misteriosa que casi termina con su vida.
Otra historia de amor frustrado, al descubrir este pobre leñador que su esposa no es quien ella parece ser. Hoichi, el músico sin orejas, es el tercer episodio sobrenatural y el más espantoso. La historia se centra en Hoichi, un hombre ciego famoso por su habilidad de recitar acompañándose del Biwa. Con su música y canciones representaba la batalla entre los clanes de Heike y de Genji, cuyos restos mortales están enterrados muy cerca del monasterio. De hecho al tocar así los fantasmas regresan y le exigen a Hoichi que durante seis noches actué para ellos representando la batalla de Dan no Ura.
Hoichi está deseoso de hacerlo delante de este público fantasmal, pero sus actuaciones nocturnas deterioran su salud lo que llama la atención del monje principal del monasterio. Consciente de que las fantasmas rasgarán a pedazos a Hoichi si él continúa cantando para ellos, el monje toma las precauciones para protegerlo, pintando el cuerpo entero del cantante ciego con los versos del sutra sagrado Hanna Shin Kyo. Él desgraciadamente, no pinta las orejas de Hoichi.
En Una taza de té, el último episodio de la película, es sobre la narración en que un escritor recuerda y relata la saga de un guerrero, quien descubre la reflexión de alguien más mientras está mirando en su taza de té. Pronto el guerrero se confronta con este entrometido. Pero desafiándolo a un duelo, nuestro héroe de carne y huesos aprende que se trata de un fantasma muy huidizo y no logra derrotarlo.
Pronto este espíritu fastidioso se une con un trío de otros fantasmas con los cuales el guerrero lucha en un gran combate, pero con semejantemente resultados frustrantes, al no poder vencerlos.

2 comentarios:

Á. David dijo...

Ha sido una grata sorpresa encontrar su blog.
"Kwaidan" es una fascinante obra maestra. La primera vez que pude visionarla no cabía en mi gozo y las repetidas veces que la he visto mi sensación se ha mantenido intacta.
Un cordial saludo

Á. David dijo...

Ha sido una grata sorpresa encontrar su blog.
"Kwaidan" es una fascinante obra maestra. La primera vez que pude visionarla no cabía en mi gozo y las repetidas veces que la he visto mi sensación se ha mantenido intacta.
Un cordial saludo