Releyendo El tañido de una flauta, de Sergio Pitol, me encuentro con estas líneas acerca de Japón:
“[...] La charla se desliza hacia las anécdotas del Festival y vuelve otra vez a rememorar el programa del día, la funesta proyección de Oscuro amor, y la de El tañido de una flauta, que con tanta violencia lo había perturbado.
-El tema debe ser recurrente en el Japón: la caída, la voluntad de desastre, la realización consciente del fracaso. No un simple rechazo a los bienes de consumo, ni una negativa de incorporación social. No se trata de marginarse sino de algo distinto, fracasar, desintegrarse realmente -comenta Morales-. Hace varios años leí una novela de Dazai, Osamu Dazai. No me extrañaría que el director se hubiera inspirado en uno de sus libros. Insiste en las mismas situaciones”.
“[...] La charla se desliza hacia las anécdotas del Festival y vuelve otra vez a rememorar el programa del día, la funesta proyección de Oscuro amor, y la de El tañido de una flauta, que con tanta violencia lo había perturbado.
-El tema debe ser recurrente en el Japón: la caída, la voluntad de desastre, la realización consciente del fracaso. No un simple rechazo a los bienes de consumo, ni una negativa de incorporación social. No se trata de marginarse sino de algo distinto, fracasar, desintegrarse realmente -comenta Morales-. Hace varios años leí una novela de Dazai, Osamu Dazai. No me extrañaría que el director se hubiera inspirado en uno de sus libros. Insiste en las mismas situaciones”.
Sergio Pitol. El tañido de una flauta, Editorial Anagrama, Barcelona, 1986. 217 págs.
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