miércoles, 14 de enero de 2009

El estanque doko desu ka?

El estanque de Bashō (II)
En la investigación acerca del estanque del famoso haiku de Bashō, Aurelio Asiain me envió un email con datos que confirmarían la teoría de que el susodicho estanque está en Tokio:
“Van copias de las páginas correspondientes de Basho and His Interpreters: Selected Hokku with Commentary de Makoto Ueda, que recopila lo que los comentaristas japoneses han escrito sobre Bashō y donde se dice que ese haiku lo hizo Bashō "at his riverside hut in the north of Edo".
http://www.librarything.com/work/81658
http://en.wikipedia.org/wiki/Makoto_Ueda_(poetry_critic)”.

Me interesa en esta nota reproducir un texto, que confirmaría dicha ubicación, recogido en el extraordinario libro de Carlos Rubio, publicado por Cátedra.

“CAPITULO 8
Matsuo Bashō: poesía para todos

1. LA RANA DE BASHŌ

Furuike ya/ kawazu tobikomu/ mizu no oto.

Compuesto en 1686, este poema probablemente sea la pieza más conocida de la literatura japonesa en Occidente. Se le considera arquetipo del haiku o jaiku, «la poesía de la intuición», como la llama R. H. Blyth, su gran intérprete en Occidente, (...)

Por hallarnos ante uno de los poemas más característicos de Bashō, y porque sin duda ayudará a entender la génesis de su arte y el ambiente que rodeaba a su autor, vamos a recordar las circunstancias en que se compuso, tal como nos han sido relatadas por Kagami Shikō, uno de sus discípulos:

Se dice que Butchō, maestro zen de Bashō, de camino hacia el templo de Chōkeiji de Fukugawa, cerca de Edo, fue a visitar un día al poeta en compañía de Rokusō Gohei. Este último, al entrar en la ermita de Bashō, exclamó:
-¿Cuál es el camino de la Ley de Buda en este jardín tranquilo, con sus árboles y hierbas? Bashō respondió:
-Las grandes hojas son grandes, las pequeñas son pequeñas. Butchō, que entraba entonces, dijo: -Últimamente, ¿a qué lugar has llegado?
Bashō contestó así:
-Pasada ya la lluvia, el musgo verde está en su frescor. Butchō volvió a preguntar:
-¿Cuál es la Ley de Buda, antes de que el musgo verde brotara? En este momento, oyendo el sonido de una rana que saltaba hacia el agua, Bashō exclamó:
-Al saltar una rana, ruido de agua (Kawazu tobikomu, mizu no oto).
Butchō se admiró de esta respuesta, considerándola como una prueba del estado de iluminación de Bashō. Entonces Sanpū (discípulo de Bashō) felicitó respetuosamente a su maestro por haber compuesto este verso, reconocido por Butchō, que añadía al arte, la gloria de la religión. Ransetsu (otro discípulo de Bashō, también presente) dijo:
-Esta frase del sonido del agua puede decirse que representa plenamente el significado del haiku; con todo, falta la primera parte del verso. Por favor, completadlo.
Bashō respondió:
-También yo he estado pensando sobre ello, pero me gustaría oír vuestras opiniones primero, y después decidiré.
Varios de sus discípulos lo intentaron, Sanpū sugirió para el primer verso (cinco sílabas): -Yoiyami ya (Tinieblas de crepúsculo)... Ransetsu: -Sabishisa ni (En la soledad)... Y Kikaku: -Yamabuki ya (La amarilla rosa de la montaña)...
Bashō, considerando todo esto, dijo:
-Todos y cada uno de vosotros habéis expresado en vuestro primer verso un aspecto del asunto, y habéis compuesto un verso que sobrepasa lo ordinario. Especialmente el de Kikaku es brillante y enérgico. Sin embargo, apartándome del estilo convencional, voy a componerlo así esta tarde:
-Furuike ya, kawazu tobikomu, mizu no oto (El viejo estanque. Al saltar una rana, ruido del agua).
A todos sobrecogió una profunda admiración. En estos versos, el ojo del haiku se abre plenamente. Mueve al cielo y a la tierra y a todos los dioses y demonios que los habitan a la admiración. Este es en realidad el camino de Shikishima, igual a la creación de un Buda. El Dharani de Hitomaru, la alabanza de Saigyō ante la llegada de Buda, están contenidos en estas diecisiete sílabas (3)”.

(3) Recogido por F. Rodríguez-Izquierdo en El haiku..., ob. cit., págs. 78-79, cuyo relato seguimos. También en D. Keene, World..., ob. cit., págs. 88-89.

Nota: Este texto corresponde a las páginas 531-533, del libro de Carlos Rubio; Claves y textos de la literatura japonesa. Una introducción. Ediciones Cátedra, Madrid, 2007. 715 págs.

2 comentarios:

Umberto Senegal dijo...

Apreciado Milton:

Hermoso y de ágiles contenidos tu blog sobre Japón. Junto a lo periodístico e informativo, logras introducir aspectos estéticos, literarios, históricos y de variada índole, que contribuyen a llamar la atención sobre el viejo y el moderno Japón que tanto significa para quienes amamos tal cultura.

Soy el Presidente de la Asociación Colombiana de Haiku. Pertenecemos, como miembros fundadores, a la HI, Haiku International, con sede en Tokyo. Te escribo desde Calarcá, Quindío, un pequeño pueblo de la región Andina colombiana. He publicado varios libros de haiku y colaborado en algunas publicaciones de Japón, donde el escritor Uchida Sono hace referencia a mi trabajo.

Encontré su interesante blog, buscando datos para una investigación que hago sobre el haiku de la rana, de Basho, que incluye todas las traducciones que al español se han hecho de tal poema, y una recopilación de textos en torno al mismo. Desconocía los datos que tienes sobre el estanque. Son valiosos para mi trabajo, sobre el cual me gustaría continuar informándote.

Estás realizando un bello trabajo que debes continuar con idéntico estilo, con el tipo de anotaciones breves y didácticas que caracterizan tu blog. Hay originalidad en el hecho de resaltar fragmentos que en otras literaturas, en escritores de otras nacionalidades, traten sobre Japón. Si deseas darme una dirección donde pueda enviarte algunas de mis publicaciones, con gusto te las haré llegar en este mes.

Un cordial abrazo para ti y para cuantos conforman tu equipo de trabajo.

Umberto Senegal

Umberto Senegal dijo...

Apreciado Milton:

Si deseas, puedes escribirme al correo electrónico: umbertosenegal@gmail.com

Un abarzo,

Umberto Senegal