viernes, 14 de septiembre de 2007

Masaki Kobayashi

Estudió arte oriental y filosofía en la Universidad de Waseda, y en 1941 comienza a trabajar en los estudios Shochiku como ayudante de dirección. Poco después es movilizado para combatir en la II Guerra Mundial y hecho prisionero en Okinawa. Debuta como director a principios de los cincuenta con los melodramas sociales La juventud del hijo (1952) y Sinceridad (1953). Su primera película importante es La habitación de gruesas paredes (1953), que narra auténticas historias de criminales de guerra, pero sólo se estrena cuatro años después por miedo a las fuerzas de ocupación norteamericanas, y prosigue con los melodramas sentimentales. Sus primeros éxitos son Te compraré (9156) y Río Negro (1957), antes de darse a conocer en Occidente con la monumental La condición humana (1959-61), adaptación de la novela de Jumpei Gomikawa con una duración de casi diez horas, dividida en tres partes para su explotación comercial y realizada a lo largo de unos cuatro años. Gana importantes premios en los festivales de Cannes y Venecia con Harakiri (1962), que ataca el código moral de los samurais del siglo XVI; Kwaidan (El más allá) (1964), personal adaptación de varias de las historias de fantasmas japonesas recogidas por Lafcadio Hearn en un célebre volumen; y Rebelión (1967), donde de nuevo se enfrenta con la ética de los samurais. Tras Pavana para un hombre acosado (1968), adaptación de la novela del escritor católico Shusaku Endo sobre el conflicto generacional planteado durante la Guerra del Vietnam, la crisis de los grandes estudios japoneses le hace rodar películas mucho menos interesantes durante la década de los setenta, a pesar de haber participado en la creación de la productora Yonki no Kai (Los Cuatro Mosqueteros) con los directores Keisuke Kinoshita, Akira Kurosawa y Kon Ichikawa. Tienen más interés sus trabajos de los años ochenta, tanto el documental Los procesos de Tokio (1984) como la historia de ficción La mesa vacía (1985).
Filmografía

Musuko no seishun (1952) La juventud del hijo.
Magokoro (1953) Sinceridad.
Kabe atsuki heya (1953) La habitación de gruesas paredes.
Mittsu no ai (1954) Tres amores.
Kono hiroi sora no dokoka ni (1954) En algún lugar del cielo inmenso.
Uruwashiki saigetsu (1955) Los días magníficos.
Izumi (1956) La primavera.
Anata kaimasu (1956) Te compraré.
Kuroi kawa (1957) Río negro.
Ningen no joken I (1959) La condición humana, 1. Ningen no joken II (1959) La condición humana, 2. Ningen no joken III (1961) La condición humana, 3.
Seppuku (1962) Harakiri.
Karami-ai (1962) La herencia.
Kwaidan (1964) El más allá.
Joî-uchi (1967) Rebelión.
Nihon no seishun (1968) Pavana para un hombre acosado.
Inochi bo ni furo (1971) El albergue del mal.
Kaseki (1975) Los fósiles.
Moeru aki (1979) Otoño abrazado.
Tokyo saiban (1984) Los procesos de Tokio.
Shokutaku no nai ie (1985) La mesa vacía.

Fuente: Weinrichter, Antonio. Pantalla amarilla. El cine japonés, T&B Editores, Madrid, 2002. 108 páginas.

Kwaidan

De las películas de fantasía sobrenaturales, Kwaidan de Masaki Kobayashi es una de las más logradas. Son cuatro episodios, basados en las escrituras de Lafcadio Hearn, un folklorista de linaje griego-irlandés que vivió en Japón. Hearn se convirtió en un ciudadano japonés naturalizado en 1895, y cambió su nombre a Yakumo Koizumi. Estos cuatro cuentos dirigidos por Kobayashi, no sólo se despliegan como versiones de las pinturas japonesas clásicas, de los periodos históricos en que la película está filmada, sino que se presenta una visión en que la belleza y el horror además de coexistir se complementan entre sí.
En ella Kobayashi puso toda su ambición estética y dramáticamente adaptó elementos del Kabuki y del teatro de títeres Bunraku a las técnicas de filmación, logrando una perfecta síntesis entre realismo y estilización.
El primer episodio, El Pelo Negro, es sobre un samurai pobre, quién se divorcia de su paciente y amorosa esposa cuando él tiene una oportunidad para casarse con la hija de un hombre rico. Pero el samurai descubre rápidamente que esa riqueza y seguridad no vale nada al lado del verdadero amor. Anhelando a su primera esposa, él regresa al lado de ella. Alegremente comprueba que aunque su vieja casa es una ruina, su primera esposa no ha cambiado nada desde que él la dejó. Su hermoso pelo negro es tan lustroso y bello como siempre. Estremecido por esta visión él jura quedarse con ella para toda la eternidad. Pero no sabe que detrás de este estado inalterado hay un ser ominoso.
La Mujer de la Nieve cuenta la historia de un pobre leñador y su amigo perdidos en medio de un bosque bajo una feroz tormenta de nieve. Encuentran refugio en una choza y se derrumban y duermen a causa del agotamiento. Pero cuando el leñador despierta, descubre un misterioso fantasma con forma de mujer exhalando su respiración helada encima del cuerpo de su amigo y matándolo. Ella al descubrir al leñador, tiene piedad de él y salva su vida. Pero este fantasma mortal le advierte que él nunca debe repetir a alguien lo que ha visto.
Diez años pasan. El leñador es un hombre alegremente casado con tres niños. Su esposa, alabada por la comunidad como un ideal de paciencia y belleza, parece no envejecer. Tan seguro está nuestro héroe con su familia que él decide decirle a su esposa sobre la mujer misteriosa que casi termina con su vida.
Otra historia de amor frustrado, al descubrir este pobre leñador que su esposa no es quien ella parece ser. Hoichi, el músico sin orejas, es el tercer episodio sobrenatural y el más espantoso. La historia se centra en Hoichi, un hombre ciego famoso por su habilidad de recitar acompañándose del Biwa. Con su música y canciones representaba la batalla entre los clanes de Heike y de Genji, cuyos restos mortales están enterrados muy cerca del monasterio. De hecho al tocar así los fantasmas regresan y le exigen a Hoichi que durante seis noches actué para ellos representando la batalla de Dan no Ura.
Hoichi está deseoso de hacerlo delante de este público fantasmal, pero sus actuaciones nocturnas deterioran su salud lo que llama la atención del monje principal del monasterio. Consciente de que las fantasmas rasgarán a pedazos a Hoichi si él continúa cantando para ellos, el monje toma las precauciones para protegerlo, pintando el cuerpo entero del cantante ciego con los versos del sutra sagrado Hanna Shin Kyo. Él desgraciadamente, no pinta las orejas de Hoichi.
En Una taza de té, el último episodio de la película, es sobre la narración en que un escritor recuerda y relata la saga de un guerrero, quien descubre la reflexión de alguien más mientras está mirando en su taza de té. Pronto el guerrero se confronta con este entrometido. Pero desafiándolo a un duelo, nuestro héroe de carne y huesos aprende que se trata de un fantasma muy huidizo y no logra derrotarlo.
Pronto este espíritu fastidioso se une con un trío de otros fantasmas con los cuales el guerrero lucha en un gran combate, pero con semejantemente resultados frustrantes, al no poder vencerlos.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Susuki

En la novela Tokio Blues, Norwegian Word, de Haruki Murakami, aparece una especie botánica llamada Susuki. Transcribo de la edición publicada por Tusquets editores, 2007 (página 10): “Recuerdo las espigas de susuki balanceándose al compás del viento de octubre, las nubes largas y estrechas coronando las cimas azules, como congeladas, de las montañas”. A final de página hay una nota que dice que es una especie de gramínea.
En realidad, su nombre científico es Miscanthus sinensis y se cultiva como planta ornamental. En Japón, donde se la conoce como susuki, (también puede ser llamada obana) es considerada una planta ícono del fin del verano y del principio del otoño.
Es mencionada en el Manyōshū (Vol. 8, 1538) como una de las siete hierbas de otoño (aki no nanakusa). A mediados de otoño se realiza un festival que celebra a la luna de la cosecha, para los japoneses la luna más bella de todo el ciclo anual, y el susuki se utiliza para elaborar un arreglo floral que se decora con el trébol japonés o hagi (Lespedeza japonica). Las otras cinco hierbas de otoño son el arruruz o kuzu, (Pueraria lobata); clavel salvaje o nadeshiko, (Dianthus superbus); patrinia u ominaeshi, (Patrinia scabiosaefolia); cáñamo o fujibakama, (Eupatorium fortunei), y la campanilla china o kiky (Platycodon grandiflorum).
Como curiosidad podemos mencionar que su imagen es usada para el octavo mes en el juego de cartas hanafuda (花札, “juego de las flores”) un tradicional juego de mesa de naipes japonés que consiste en formar y juntar parejas y que se inventó a mediados del siglo XVI. En Japón, es una de las dos barajas más populares junto al uta-garuta (“el juego de los cien poetas”).

viernes, 7 de septiembre de 2007

Kumano Nachi Taisha


El tercer santuario importante en Wakayama que visitamos fue el Kumano Nachi Taisha, localizado en la mitad del camino de la montaña Nachi. Este santuario se originó en la antigua fe que rendía culto a una gran cascada llamada Nachi no Otaki. Originalmente, este santuario se localizó al pie de la cascada; después se relocalizó al sitio presente. Anualmente aquí el 14 de julio se celebra el festival de fuego, Nachi no himatsuri, que honra al Emperador Jimmu que, según la leyenda, se detuvo aquí para orar antes de seguir y conquistar el Yamato antiguo.
Este santuario contiene a cinco edificios sintoístas llamados “Kumano-Gongen” y son considerados propiedades culturales importantes de Japón, debido a su estilo arquitectónico de los siglos 8 y 10.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Kumano Hayatama Taisha


El segundo santuario de Kumano, que visitamos en Wakayama, fue el Kumano Hayatama Taisha, situado en la ciudad de Shingu.
Está ubicado cerca del río Kumanogawa, así como del monte Gongenyama en donde se localizan el templo Kamikura-jinja y los sitios rituales Mifunejima y Otabisho. Anualmente el 6 de febrero se realiza la fiesta de fuego llamada Kumano Otomatsuri. Se encuentra también en este lugar el Árbol de Nagi una antigua especie nagi, conífera, de hoja perenne criado en las áreas templadas. Aproximadamente de 5,5 m. en la circunferencia de la raíz, 4,5 m. en la circunferencia del tronco y 17,6 m. de altura, es un árbol gigantesco venerado como un objeto sagrado. Se dice que Taira-no-Shigemori lo plantó en la era de Heian. Es uno de los árboles nagi más grandes en Japón, y es considerado uno de los tesoros naturales del país.
Existe una historia muy singular sobre la deidad de este santuario. Se piensa que el dios de Hayatama es el hijo de Hongu la diosa del Gran santuario Kumano Hongu.

Kumano Hongu Taisha

Viajamos a Wakayama con nuestra amiga Yumiko y visitamos Kumano Sanzan. Este lugar, localizado al sudeste de la cordillera de Kii, incluye los tres santuarios de Kumano Hongu Taisha, Kumano Hayatama Taisha y Kumano Nachi Taisha, y dos templos el de Seiganto-ji y el Fudarakusan-ji.
Estos santuarios y templos llegaron a ser venerados como el destino final de los Peregrinos de Kumano por la “Teoría de la Unidad del Sintoísmo-budismo” que enseña que Dios es la manifestación de Buda y por el hecho de que sus dioses principales fueron considerados como la encarnación de Amida-nyorai, Yakushi-nyorai y Senju-kannon. El Seiganto-ji y Fudarakusan-ji estuvieron estrechamente asociados con el santuario Kumano Nachi Taisha durante la Unificación del Sintoísmo y Budismo.
En el periodo de Kamakura, en la segunda mitad del siglo XI, emperadores y aristócratas visitaron estos monasterios, iniciando el periodo más prestigioso del peregrinaje a Kumano. Pronto, la gente de todos los rangos sociales, desde los samurais a los lugareños, comenzaron a llegar en gran número y rendían culto a estos tres santuarios principales. El camino del peregrino, de Kioto a Kumano, llamado Kumano Kaido, tenía largas colas de peregrinos, por lo que estas filas de manera graciosa eran denominadas ari no kumano mode (“desfile de hormigas en peregrinaje a Kumano”). Uno de sus símbolos es el Yatagarasu, un cuervo de tres patas, que se decía que era una encarnación del sol en el Este de Asia, por ejemplo, apareció en un cuento chino y pintado en la pared de una tumba coreana antigua. Yatagarasu, mensajero por los dioses de Kumano está impreso en los talismanes o amuletos y en la bandera de estos santuarios, y se dice que sus tres piernas significan cielo, tierra y humanidad.En japonés antiguo, Kumano quiere decir profundo o un lugar profundo, e indica un lugar místico o uno donde una deidad existe. El Kumano Hongu Taisha deifica a Ketsumikonokami y es el santuario principal o cabeza de más de 3.000 santuarios de Kumano que se localizan a lo largo de Japón. Hasta 1889 se ubicaba en Oyunohara, pero fue dañado por una gran inundación, y se relocalizó en 1890 a su sitio actual.